Para cualquier artista receptivo y analítico participar en la elaboración de obras tan importantes como Del Porfirismo a la Revolucion en el Museo Nacional de Historia, Patricios y Patricidas en la ex Aduana de Santo Domingo, El Arte Escénico en la Vida Social de México, en la Asociación Nacional de Actores y, sobre todo, en La Marcha de la Humanidad en la Tierra y Hacia el Cosmos, no podía dejar de ser determinante, y lo fue para Guillermo Ceniceros. Pero sus métodos, su sensibilidad, sus aspiraciones y sus proyectos son muy diferentes a los de Siqueiros. Artista de interioridades, ha entendido a su manera el anti-dogmatismo y el anti-academismo predicado por Siqueiros, liberándose de la limitación o el puritanismo de las herramientas tradicionales. Aunque Siqueiros no teorizó sobre la gestualidad y la pintura de acción, fue en su Taller Experimental de Nueva York, donde por primera vez se utilizaron en los Estados Unidos efectos por accidente ya sea de la materia pictórica o los instrumentos. Ceniceros llega a la pintura de acción por la via directa de Siqueiros, sin tomar el recodo o desviación de Jackson Pollock; pero debe insistirse: ni sus procedimientos ni sus resultados son siqueirianos. Busca texturas enriquecidas por el azar y entonces sustituye el pincel por camisetas, manta de cielo, látigos de tela. La actitud es, entonces, de un orden totalmente diferente al de tomar un cabo de madera terminado en pelos. Todo el cuerpo debe concentrarse para dar el golpe certero que deje en la tela la sustancia pictórica contenida en la trama de la camiseta, la manta del cielo o el látigo. Para sistematizar algunos efectos, Ceniceros convierte las espátulas en rastrillos, y para un rastrillo de mayores dimensiones y dientes regulares, utiliza serruchos a los que modifica la situación del mango o agarradera. Lo singular es que Ceniceros no gusta de la pintura lujosa. Sus efectos son para lograr una base textural en la que imprime un contorno austero con apariencias de figura femenina o de paisaje. Su actitud estética lo lleva a engrosar las filas de los pintores secretos.